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Errores comunes al llevar a cabo una reforma integral de un apartamento:

Cómo evitar que una remodelación rápida se convierta en una reparación permanente y garantizar la calidad del trabajo que has pagado.

La decisión de emprender reparaciones en un apartamento a menudo se ve influenciada por diferentes motivaciones. Sorprendentemente, en un estudio, el 90% de los hombres encuestados mencionaron que fueron impulsados por sus parejas a emprender las reformas. Así es como muchas renovaciones integrales de apartamentos comienzan en Rusia. Cuando se trata de la pregunta sobre por dónde comenzar la reforma, las respuestas varían considerablemente. Esto se debe a que responder a esta pregunta requiere ciertas habilidades y experiencia. Entonces, ¿cómo empezar una reparación de manera efectiva y asegurarse de que concluya exitosamente? Vamos a explorar este tema en detalle junto con presupuesto.

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Falta de una planificación presupuestaria adecuada

Gente empieza la reforma de un piso llave en mano sin calcular cuánto le va a costar. Esta omisión se convierte en un problema a medida que avanza la reforma. La culminación clásica de esta situación es la «renovación perpetua». Es bueno entrar en esta larga fase habiendo tenido tiempo de pagar a los trabajadores. De lo contrario, corre el riesgo de tener a un constructor viviendo bajo su puerta con una perforadora, que quiere utilizar un poco fuera de servicio.

Elección de contratistas poco confiables

Es común que las personas se lancen a la reforma de un apartamento «llave en mano» sin calcular previamente cuánto les va a costar. Esta falta de previsión se convierte en un problema a medida que avanza la reforma. Un escenario típico es quedar atrapado en un ciclo de «renovación perpetua». Es recomendable ingresar a esta fase de trabajo con los fondos suficientes para pagar a los trabajadores a medida que avanzan. De lo contrario, existe el riesgo de encontrarse con un constructor viviendo bajo su puerta, herramientas en mano, buscando cobrar por servicios no planificados.

Apresurarse al firmar el contrato de obra.

Este error se produce en la fase de selección del contratista. Esta etapa engañosa, a primera vista, parece la más fácil. Todos los constructores en la reunión parecen profesionales en su trabajo, cuentan cómo construyeron «naves espaciales». El cliente pierde la vigilancia y pasa por alto todo aquello a lo que debería prestar atención para identificar a los acabadores sin escrúpulos. ¿Qué hacer? Recomendamos pedir al contratista los contactos de sus antiguos empleadores o clientes. Preferiblemente, si son varios. Ellos le dirán si merece la pena ponerse en contacto con ellos y cómo terminaron sus reparaciones. Lo ideal es concertar una cita para ver el trabajo realizado.

Insuficiente supervisión del progreso de la obra

En el proceso de llevar a cabo una reforma integral de un apartamento, existen puntos cruciales que requieren control. Los trabajos que los constructores realizan y que no son visibles a simple vista se denominan «trabajos ocultos». Si estos aspectos pasan desapercibidos y no se supervisan adecuadamente, podrían resultar en problemas significativos, sobre todo si se trabaja con un contratista poco confiable. Esto podría llevar a situaciones en las que las reparaciones realizadas deban ser reemplazadas en un corto período de tiempo. Por ejemplo, si el contratista omite aplicar la capa de imprimación necesaria o, aún peor, si la omite por completo, podría encontrarse con capas de yeso desprendiéndose de las paredes en un futuro cercano.

¿Qué acciones se pueden tomar? Si es factible, se recomienda supervisar personalmente el progreso de la obra. Reserva tiempo para inspeccionar las etapas clave del proceso y observar cómo se desarrolla la reforma. En caso de que no dispongas de tiempo para hacerlo tú mismo, considera la posibilidad de recurrir a servicios especializados que brinden un control de calidad y profesionalismo sobre el trabajo del contratista.

Surgimiento de conflictos con los profesionales de la construcción.

Los conflictos emergentes constituyen amenazas latentes. Es común que durante el proceso de renovación surjan desacuerdos por diversas situaciones, ya sea relacionadas con aspectos económicos o la calidad del trabajo realizado. Estas disputas a menudo llegan a un punto muerto. El cliente se mantiene firme, sin ceder, creyendo que ha llevado la situación a un empate, mientras que el contratista aparenta haber dejado de discutir, dando la impresión de calma. Sin embargo, en este punto, es posible que el contratista haya realizado «inocentemente» acciones como atornillar un tornillo en la tubería de calefacción o verter una solera en el suelo. Cuando llegue la temporada de calefacción, podrías llevarte una sorpresa al descubrir que el vecino de abajo tiene una reparación que cuesta el doble que la tuya debido a estas acciones.

¿Qué se debe hacer? En tales situaciones, lo más acertado es no agravar el conflicto. Si hay aspectos del trabajo de los constructores que no te satisfacen, busca resolver la situación de manera pacífica. Este enfoque evitará dañar las reparaciones ya realizadas y ahorrar gastos innecesarios.

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