La protección de un edificio contra las inclemencias del tiempo es crucial y debe ser considerada durante la fase de diseño. La cubierta del tejado soporta la mayor parte de la carga de las precipitaciones, por lo que la impermeabilización de la misma es fundamental en el proceso de construcción. Esto asegura la protección del aislamiento térmico y las vigas de entramado, prolongando la vida útil de la cubierta. Una correcta elección de la impermeabilización garantiza un mejor rendimiento y una vida útil más larga.
Las membranas de impermeabilización de cubiertas son un componente esencial para garantizar una construcción adecuada de la cubierta. La cubierta exterior protege contra la entrada de precipitaciones, mientras que la barrera contra el agua protege el aislamiento de la humedad. El aislamiento térmico retiene el calor, mientras que la barrera de vapor evita la entrada de aire caliente del interior. Un aislamiento bien elegido y colocado adecuadamente asegura una buena protección de la construcción, evitando la filtración de precipitaciones a través de fijaciones y huecos, así como la penetración en el espacio bajo el tejado.
La impermeabilización del tejado también protege las vigas de madera de los daños causados por la humedad y el aislamiento térmico de influencias externas. Evita que el aire caliente penetre en el espacio bajo el tejado y se condense en la capa exterior, previniendo el riesgo de condensación causado por las fluctuaciones de temperatura.
En resumen, la impermeabilización del tejado es crucial para garantizar la fiabilidad y durabilidad de toda la estructura.